Concebido en sábado al amanecer de los ochentas, en los adentros de infinita maravillosa naturaleza guatemalteca. Nací preciso en el medio central [fantasioso/político/militar] de un conflicto endemoniado por carbón que emana de respiraciones infantiles. Crecí dentro de las escasas olas turbulentas [religiosa/industrial] retorciendo colchones ambiciosos. Conducido en la academia por la décima octava villa de duendes montañeses guardianes de fronteras genéticas en nuevo tejido.
Por hoy, ubicado en un impresionante lugar rentado mientras con los constructores preparamos la estación móvil diseñada para disfrutar las jornadas [eternas/instantáneas] de casa yepocapa
-de vez en cuando se dice que el tiempo es dueño, de ser así el tiempo nos arrebatará lo que antes dió.